Manos Vacías.

¿Cuántas responsabilidades hay en tus manos?

¿Agradas a Dios con estas?

Sabes, una persona muy sabiamente dijo una vez: para poder seguir a Cristo, debes soltar todo lo que tengas en tus manos y tomar la cruz, con ambas manos.

Dejar todo por amor de Cristo pueda que no sea lo más sencillo de hacer, pero sí garantiza el mayor gozo, gozo que muchos no pueden comprender, pero una vez que lo tiene no quieren volver atrás.

Cristo dijo: él que no deja todo, incluyendo familia, por causa de mi (Lucas 14:26) no puede ser mi discípulo. A la verdad, palabras fuertes de parte del Señor, pero que a la vez son reales, Cristo siendo hombre a la vez era en su totalidad Dios, él no quiere que nada estorbe tu comunión, que nada ni nadie sea más importante que él para ti, dentro de esto está el trabajo, o el estudio, incluso el mismo ministerio, si alguna de estas te toma más tiempo de lo que puedes entregar a Dios, a lo mejor no estas agradando a Dios con eso. Sí regresamos hasta el libro de Éxodo en el capítulo veinte en los versículos tres al cinco, Él mismo nos dice: soy Dios celoso, y no quiero que nada haya delante de tus ojos que sea más importante de lo que yo soy para ti.

También hay males que nosotros mismos ponemos delante de nosotros que no están conforme a la voluntad de Dios, por como es el mundo y las cosas que en el están (1 Juan 2:16) Cristo dijo: están en el mundo PERO no son del mundo, otro de los males y tal vez el peor de todos porque envanece al hombre es el amor al dinero ( 1 Timoteo 5:10)

Tener responsabilidades o posesiones, para nada está mal, pero, y sí Dios demanda de ellas para qué tengamos nuestra absoluta atención en él, ¿Estaríamos dispuestos a dejarlo ¡TODO!? 

Sí un día Dios vacía tus manos ten por seguro que será para hacerlas sobreabundar en cosas que le agraden a él.

Espero que el devocional de este día haya podido ser de mucha bendición para todos ustedes.

No olvides compartirlo con tus amigos y familiares.

Que Dios bendiga tu vida, y podamos en esta mañana aprender que en las pequeñas cosas y las grandes responsabilidades, Dios debe ser glorificado.